viernes, marzo 30, 2018

PAPÁ






Mañana se cumple un año de la muerte de papá, una muerte inesperada, silenciosa, sin mayores explicaciones. Se fue como vivió: sin molestar a nadie, sin dejar grandes mensajes.
En febrero me encontré a cenar en Buenos Aires con un ex compañero del colegio y el me contó algo totalmente inesperado. Me habló de los años de la bohemia de nuestros padres, en Buenos Aires.
Algo de lo que mi viejo nunca me habló. Nunca me habló de casi nada mi viejo, más allá de bancarme y darme amor.
Pero lo sorprendente de esta historia es que cuando nuestros padres eran solteros, la vivieron, la rockearon en la Buenos Aires de los años sesenta. La mayoría se habían ido a estudiar a la Universidad, otros trabajaban, algunos en Capital, otros en La Plata. Pero el punto de encuentro de la barra, la pandilla de suarenses, era el departamento de Recoleta que mi viejo compartía con su hermano Chiqui.
Esos años locos mi viejo y su hermano tenían un semipiso para ellos solos, con una empleada cama adentro que les cocinaba, les lavaba y les planchaba. Y ahí caían todos los otros vagos.
Nunca me dijo una palabra de esto papá.
Se que iban mucho al hipódromo, le encantaban los caballos y conocía a todos en el ambiente. ¿Pero que más? Alcohol, cigarrillo, seguro ¿Pero que más?
Es rarísimo porque aunque las cosas se oculten, se tapen, vuelven a emerger. Se transmiten por el karma, el adn, la sangre.
Mi abuelo Miravent tampoco nunca hablaba de nada de su vida ni de su padre pero yo luego también me enteré que su padre, Juan, el que vino de Cataluña a Buenos Aires, venía de una familia de bodegueros de la frontera con Francia y luego hizo mucho dinero en Capital con un almacén de ramos generales/ pulpería/ 24 horas/ after hours, que se caracterizaba porque como era uno de los pocos lugares abiertos toda la noche, caía toda la farándula y que Juan se terminó casando con una actriz, o sea, mi bisabuela.
Pero mi abuelo nunca hablaba de nada de esto y mi viejo menos, creo que cuando su hermano Chiqui falleció, calló para siempre, ahí lo ganó una tristeza, una melancolía infinita, una desolación metafísica.
Todo esto aparece en el libro que estoy escribiendo, aparece en un personaje de ficción, en historias que vengo recopilando desde hace décadas.
Obsesiones que tenía de toda la vida, aún sin conocer ninguna de estas historias familiares.
La foto de papá que ilustra esta nota, la tomé en 2010, de improviso y fuera de foco.
Es una imagen que vale por mil palabras.


martes, marzo 27, 2018

¿CUAL ES TU GARCÍA FAVORITO?




Hace unos días, comenzó a circular en Facebook un video que no conocía de Charly García, cantando Seminare bajo la lluvia en el Quilmes Rock de 2004.
La escena es sublime. Es rock.
Charly estaba en su etapa de más reviente, totalmente pasado de merca, casi desnudo cantando bastante bien y saltando mientras dirige a un coro espontáneo y el va de acá para allá tocando algunas partes.
Digo es rock, como sinónimo de una experiencia que va más allá de la música, que involucra una ceremonia pagana, chamánica, colectiva, donde todos conectan al unísono y bailan y cantan festejando la lluvia, la vida, la existencia.
García tiene esas cosas. Siempre las tuvo.
Tal vez para muchos (me incluyo) esa fue su peor etapa, la más punk, la menos lucida, la etapa say no more que culminó con Charly internado y haciendo un giro de 180 grados.
Podemos agradecerle a Palito Ortega que le salvó la vida o putearlo porque destruyó al ícono del sexo, drogas y rocanrol.
Como sea, García es un personaje tan camaleónico, que parece haber sido varias personas en una sola vida. Los mayores seguramente prefieren al inicial, virtuoso, sinfónico de Sui Generis, Seru, La Máquina de hacer pájaros, etc.
Era el adolescente prodigio, profesor de piano, con oído absoluto y formación clásica, que pelaba alta música y pretendía que el rock fuera otra cosa, una música elaboradísima, erudita, no para cualquiera.
Mi García favorito es el que comienza en 1982 y termina en 1992, el Charly solista, que simplificó su música, se subió a la new wave y también simplificó sus letras, dejando de lado cierta poesía pretenciosa y tendiente a la alegoría, para comenzar a conectar directamente con nuestro inconsciente colectivo, reflejando nuestras emociones en canciones de 3 minutos inolvidables.
Esa década lo vimos editar una obra maestra detrás de otra y ser el espejo de nuestros sueños y de nuestros pesares.
En estos días, de este Charly envejecido y previsible, todos festejaron como agotó un Coliseo en un par de horas, pero nadie recordó que ya lo había hecho en 1992 sin tanta alharaca. Me acuerdo que yo vivía a la vuelta del Coliseo en esos días, sobre Santa Fe casi Cerrito y compré como todos los viernes el Clarín donde venía el Suplemento Sí. Grande fue mi sorpresa cuando en la agenda del fin de semana figuraba que Charly tocaba esa noche en el Coliseo. Solo eso, sin publicidad ni nada más. Pensé que era un error, o un chiste. Me di la vuelta de manzana caminando y ya había una cola importante de gente tan sorprendida como yo, comprando entradas.
Ese recital fue inolvidable de punta a punta, con un Charly picante y feliz, que puteaba a los publicistas y se reía de que había llenado un teatro en horas, sin ninguna publicidad oficial.
Tocó temas de todas sus épocas y del inolvidable "Filosofía Barata y Zapatos de Goma", que para mí es su ultima obra maestra en serio.
Lo que vino después fue empezar a pudrirla deliberadamente y a muchos les gusta, hay gente para todo.
Pero con Charly nunca se sabe, incluso su ultimo disco no estuvo nada mal, en cualquier momento puede pegar otro salto mortal desde un noveno piso y cambiar la música de un saque.
Porque García es así: un genio, una leyenda, un tipo que hace cosas imposibles.

miércoles, marzo 21, 2018

LOS QUE DESPERTARON

La vida es sueño.
Sidharta Gautama, el mal llamado Buda, dice que cuando nos acostamos a dormir, la habitación está ahí, la cama está ahí. Luego dormimos y creemos en todo lo que soñamos, es muy vívido, parece real. Pero al despertar, la habitación y la cama siguen estando allí, pero el sueño se evaporó, por eso sabemos que es un sueño.
Asimismo, en la vida nacemos, luego vivimos nuestra vida, nos creemos todo, lo vemos todo real, hasta que morimos.
Así la vida, también es un sueño, dice Sidharta, un sueño mucho más sofisticado, pero sueño al fin.
Sidharta despertó (no se iluminó) y luego se dedicó el resto de su vida a ayudar a los demás a tratar de despertar. En eso consiste todo.
Esa es la enseñanza más pura, más real que existe.
Pero muchos, antes y después de Sidharta, también despertaron.
Jesus, Mahoma, Osho, Krishnamurti, Mahavira, Krishna, Lao Tse, Facundo Cabral y siguen las firmas.
La diferencia entre lo que dice Jesús, que era un judío hijo de carpintero y Sidharta, que era un indio hijo de un rey, es de forma, de lenguaje, no de fondo. Todos apuntan a lo mismo: a despertarte.
Pero claro, después surgen las religiones, como los países y dividen al mundo, adulteran la enseñanza sagrada. Usan un conocimiento que es liberador para dividir, asustar, someter.
En el caso puntual de Osho, que da el grueso de su enseñanza entre los setenta y los ochenta, es muy fácil acceder a sus cientos de libros que recopilan sus charlas, que también están grabadas en video y audio ¿Querés la verdad? Ahí está, al alcance de la mano y lejos de la manipulación. Osho fue un contemporáneo que despertó y actualizó las meditaciones de manera muy creativa, haciéndolas accesibles a todo el mundo, para que todo el mundo tenga la posibilidad de despertar, en este mundo que cada vez nos adormece más.
También cuando habla de Jesús, de Buda o de Mahoma, habla más claro que sus propios monjes.
Para muchos es un chanta, un vendehumo. En ese caso sería el mentiroso más genial del mundo.
Porque habla desde otro lugar, no desde la mente racional, su sabiduría viene de más allá.
Desde el Ser, la Unidad, Dios.
Eso pasa con todos los que despertaron.
La filosofía y el psicoanálisis, por ejemplo, hace décadas que se rompen la cabeza tratando de entender el Zen, pero es imposible, porque los maestros Zen que despertaron hablan desde un lugar que trasciende el yo, el ego, la mente.
Despertaron y nosotros seguimos dormidos.

martes, marzo 20, 2018

ZEN ES ZAZEN




La práctica de salir de la mente o ego, llamada zen en Japón, se realiza en la postura zazen, o sea, sentado en posición de loto, como se supone que lo hizo el buda histórico, Sidharta, hace 2500 años.
Zen es Zazen repiten los senseis, porque no hay nada que explicar, ni nada que entender.
Se supone que la práctica traerá la revelación del Nirvana o cuanto mucho, del Satori.
Se renuncia al ego, a la mente y se accede a una instancia superior, la no mente, el infinito.
El mundo es ilusión y el yo también. Por eso se realiza zazen, se sale de la mente, para acceder a esa instancia superior que se llama Nirvana.
Una forma más sofisticada de entender la divinidad, como lo absoluto, a la vez vacío.
Me angustiaba mucho cuando hablaban de vacío, hasta que leí a Osho explicando que es como si a un hombre que ha estado toda su vida enfermo, le explican lo que es la salud: ausencia total de enfermedad.
Es que el lenguaje humano no llega a expresar con certeza la eternidad.
Por eso el Nirvana, mal llamado Iluminación, se describe como un apaciguamiento, un despertar de un sueño, el sueño de la vida terrenal.
Hay una confusión con el Satori, que es simplemente un vislumbre del Nirvana, como si se accediera a la verdad por unos segundos y luego vuelta a la vida normal.
Nirvana, en cambio, dicen, es la paz y el silencio absoluto ya en esta vida. Cuando la persona ha despertado del sueño de esta vida, al abandonar su cuerpo, ya no volverá a reencarnar, se integra al Universo, a la Creación, Energía Cósmica, Dios, o como lo quieras llamar.
El resto de los mortales comunes, vuelven a morir y reencarnar, siguen dentro de la rueda del Samsara, porque no se han liberado de la ilusión del yo, porque mientras uno siga apegado a un ego, no puede acceder a la divinidad, lo absoluto.

viernes, marzo 16, 2018

BUDISMO NO, ZEN SI





Cuando se habla de Buda, se habla del Príncipe Siddharta, que habría vivido en la India hace unos 2500 años.
Buda significa iluminado.
Curiosamente, nadie en el mundo oriental hablaba de Buda, ni de Budismo.
Ese invento fue de los primeros filósofos occidentales que escuchan hablar de Siddharta y se interesan por su leyenda. Schopenhauer, Nietzche, esa gente.
Ellos deducen, un poco a la bartola, que lo que le había pasado al Príncipe es que había alcanzado la iluminación. Es una interpretación errónea y bien occidental.
Los textos sagrados orientales hablan más bien de un despertar o de un apaciguamiento, una extinción, no de que se le prendió la lamparita.
Pero el mundo es mundo y cuando los orientales se enteraron de que se hablaba de Budismo y de Buda, decidieron ser marketineros y adoptaron esas palabras.
Originalmente, el llamado Budismo, no era siquiera una religión, era una práctica: la práctica de abandonar la mente o ego. Meditación le llamamos nosotros, pero la palabra tampoco es correcta.
La palabra en sánscrito con la que se llamaba a la práctica de abandonar la mente o ego en la India es Dhyana. En China se traduce como Chan y en Japón como Zen.
Otra confusión común es hablar de Budismo Zen, como si el zen fuera un tipo de budismo.
En verdad, el Zen según Osho y muchos otros sabios, es la cumbre de la espiritualidad humana, es la superación del mal llamado Budismo.
Con los años, el Budismo desaparece de la India, porque el Hinduismo estaba de mucho antes y era muy poderoso. Un monje llamado Bodhidarma viaja de India a China y allí se encuentra con las enseñanzas de Lao Tse, el Taoísmo.
De esa fusión, de ese encuentro mágico entre el Taoísmo y Dhyana, nace el Chan. Que luego, transplantado a Japón, se convierte en el Zen.
Así que no me hables de Budismo, hablame de Zen.



lunes, marzo 12, 2018

ALFONSÍN, MI VIEJO Y LA TRISTEZA DE LA DERROTA

Hoy que cumpliría años Alfonsín, pienso en mi viejo.
Es inevitable. El era radical y me legó su amor por la democracia y por Don Raul.
También pienso en la tristeza de la derrota.
Esa tristeza que acompañó siempre a mi viejo y que se lo terminó llevando sin avisar, tal vez por su hermano muerto joven y otras cosas, pero también por la derrota cultural que fue ver que a una buena persona no la dejan gobernar.
Que los que son puros son rechazados por el poder.
Porque a Alfonsín lo voltearon la oligarquía, los militares y el peronismo.
No olvidar, hoy todos se hacen los boludos y lo reivindican, pero bien que le hicieron la vida imposible cuando gobernó, porque era un hombre justo y eso es pecado en la política.
También me acuerdo de mi abuelo, el padre de mi viejo, un oligarca conservador que decía que los radicales eran buenas personas pero que no servían para gobernar.
La terrible y triste derrota cultural es ver que se termine confirmando lo que dicen las malas personas, los garcas.
También Alfonsín arrastraba una melancolía extraña, no se de donde venía, siempre me dió esa impresión y se me unió para siempre con el recuerdo de mi viejo.
Yo mamé esa derrota cultural, esa tristeza tanguera de mi viejo, pero no coincido con mi abuelo.
No todos los radicales son buenas personas, son si, bastante inútiles e incapaces para gobernar, y terminaron haciendo el triste papel de forros de este gobierno conservador actual.
Macri le gustaría a mi abuelo y de alguna forma los radicales le hicieron caso y se resignaron a no gobernar, a acompañar a alguien que antes despreciaban.
Tristeza, mucha tristeza en este día.
Por Alfonsín, por mi viejo y por todos los hombres de buena voluntad que fueron derrotados.

sábado, marzo 10, 2018

VEINTE AÑOS DE UNA FELICIDAD INEXPLICABLE




Volví a ver, ahora que se cumplen 20 años de su estreno, El Gran Lebowski.
Lejos de haber envejecido mal, hoy se resignifica poderosamente en la EEUU de Donald Trump.
Ahí está perfectamente retratada, la white trash, los que votaron a Trump.
Los blancos pobres, los que están fuera del sistema o casi, el Dude, al que solo le importa fumar porro, jugar el bowling y tomar white russian, nada de laburar o tener un proyecto.
Y sus amigos: el gordo que volvió chapa de Vietnam y el otro que casi no habla y muere estúpidamente.
Cargaban hasta este film, sus autores y directores, los hermanos Coen, con el estigma de ser cínicos, de ser forros, de ser geniales pero burlarse de sus personajes. Eso puede verse claramente en una película prodigiosa y oscura como Barton Fink.
Reírse de la gente, de su propio ambiente, con una risa burlona, soberbia.
Acá no: acá se ríen de la gente y con la gente.
Se ríen de la white trash y a la vez es una reinvindicación, veinte años antes cierran la grieta que ahora existe en EEUU.
Y se ríen de todos: de los millonarios, de las artistas de vanguardia, del tecno pop, de la industria del cine toda.
Y de ellos mismos. Y nos reímos nosotros también porque nos sentimos identificados con uno o varios de los personajes.
Es una felicidad rara, lisérgica. Claramente viene de la pepa y no del porro.
Es esa euforia inexplicable y colorida, de que está todo bien, seamos felices que lo demás no importa nada.

viernes, marzo 09, 2018

¿ADONDE FUISTE?





Este ultimo año me hice amigo de muchos músicos suarenses que tienen 10 o 15 años menos que yo. Ellos adoran a Gustavo Cerati tanto o más que yo. La grieta se cerró, aman a Gus tanto o más que a Spinetta. Antes era distinto, más complicado, muchos amores y odios cruzados.
Pero finalmente, todo eso que soñamos en los ochenta se terminó haciendo realidad.
Anoche, justamente hablaba con uno de ellos y me tiró un par de datos que no conocía. Uno es que la canción "Planta" de Soda, tiene en su letra una tremenda premonición de lo que luego le sucedería a Gustavo.
No lo había notado, pero es así: Voy preparándome/No sé que me pasa que ya no puedo volver/...
Necesito hoy tener amarrados los pies/ En el aire se que soy nada más que menos, de lo que podría ser/Me resisto a empujarte a otro juego de azar/ en el aire reverbera el ansia de mi voz/ Mi voz vegetal, amor vegetal.
Terrible.
El tema originalmente, lo contó Cerati, habla de su experiencia al tomar ayahuasca, todo un viaje ancestral, chamánico. Luego lo repetiría en su ultimo disco con "Cactus", hablando del peyote.
Pero hay más, mucho más.
En su disco solista "Ahí Vamos" (2006) hay una canción que pasó bastante desapercibida, que se llama "Médium" que dice: la extraña sensación de no pertenecer a este mundo/ como en un trance/ya tantas veces morí/ nunca me pude ir/el arte de vivir por encima del abismo/ estoy condenado a errar... Poseído por el más allá...
Otra vez, tremendas premoniciones...¿sabía lo que iba a pasar o lo estaba creando sin darse cuenta?
Una vez le preguntaron sobre este tema y contó que siempre estuvo interesado en el ocultismo, que iba de joven a las Escuelas Científicas Basilio.
Un cóctel explosivo: drogas psicodélicas, ocultismo, sexo, drogas y rocanrol.
¿Que puertas abriste Gus, adonde fuiste?
Misterio esotérico, una vida y una muerte única, original, extraordinaria.
Su ultimo disco "Fuerza Natural" (2009), está plagado de principio a fin de misticismo, de las más diversas fuentes. Hace poco descubrí que el que usaba ese término, era Facundo Cabral, otro maestro de la vida y la música.
¿Adonde estuviste todo ese tiempo dormido?
¿Pudiste finalmente descansar en paz?
Siempre pienso en todo esto.
¿A que cielo u infierno habrás ido a parar?
Siempre pido por ese alma plena de belleza, que nos cautivó y espero que haya encontrado el camino correcto de regreso a casa.